Publicado en: Boletín de RENFE (1997).
Acerca de las representaciones que de la obra A ciegas, de Jesús Campos, se dieron en el Museo del Ferrocarril de Madrid, desde el 3 de octubre, fecha en que se estrenó dentro del marco del Festival de Otoño, hasta el 8 de diciembre, y que fue interpretada por Mario Vedoya, Luis Hostalot y Nuria González, con la dirección del autor.
Siempre me interesó el teatro fuera del teatro, la invasión del espacio exterior, la andadura errática de los personajes que, concebidos para el escenario, se carnalizan en los lugares más inesperados. Y no me niego a la residencia, a la práctica estable, al hacer cotidiano en los lugares habituales y con los medios consolidados, no. Propugnar la excepción como norma no dejaría de ser una nueva norma, a la larga tan rutinaria como las demás. Sin embargo, la escapada, el encuentro furtivo con los espectadores en un lugar distinto de los teatros previsibles, renueva el carácter de aventura que debe impregnar toda representación.
Por eso levantar el tinglado junto a los andenes de una antigua estación de ferrocarril (al margen de otras evocaciones viajeras acordes con el espíritu de traslación presente a lo largo de la obra) ha sido un estímulo, una excitación más. Mas no la única. De esta grata experiencia, junto a las satisfacciones que esta práctica suele deparar (el buen hacer de los compañeros o la recepción del público), anoto en mi haber la complicidad con que fuimos recibidos. (Al parecer, nada mejor para acoger al teatro que no pertenecer a la rutina del teatro). Y es que dirección, técnicos, vigilantes, todos y cada uno de los que llevan adelante el Museo, siempre tuvieron para con nosotros una deferencia, que se me antoja no era con nosotros, y esto es lo más estimulante, sino con nuestro oficio. Éramos los cómicos, que veníamos con el teatro (la vieja máquina de los sueños) a estacionar junto a sus locomotoras. Digo yo que algo tendría que ver con la acogida el eco de la infancia, la añoranza del juego que cada cual conserva junto a sus paraísos perdidos. Fuera así o fuera de otro modo, fuimos bien recibidos. Gracias.
Jesús Campos García. |