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Poesía
Texto
disponible para su lectura
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Mis
100 peores poesías (Primera parte)
Madrid, In-Cultura Editorial, 1989.
Cambiaría de nombre, de medida,
de forma de pensar, de cuajo, entero,
cambiaría: corazón, carné, llavero,
teléfono, canción, amor y vida.
Cambiar, al fin, de punto de partida,
de norte y sur, de oriente, de lucero,
de ruta en mar y en tierra de sendero.
Y caminar a ciegas por la huida
para cambiar ciudad, mapa, paisaje,
idioma, religión, guerra y abrazo.
Inaugurar la vida en el viaje
sin memoria, ni sombra, ni equipaje.
Alcanzar un perfil de nuevo trazo
dibujado con rabia y con coraje.
(1970).
Esto que hace usted aquí, sopor, espera,
sueño largo y espeso, dulce hastío,
cansancio de vivir, libre albedrío,
progresismo en conserva que prospera...
Esto, amigo, es estar adentro y fuera,
de cal y arena, de calor y frío,
tertulia de palmada y desafío,
esto es medrar, es más, esto es la pera.
No sabe de qué va, y va a explicarlo,
está dispuesto incluso a denunciarlo,
a jugarse la vida por la moda.
¿Usted cambiar el mundo? ¿Va a cambiarlo
con su vaso de whisky, hielo y soda?
¡Usted cambiar el mundo? ¡¡No me joda!!
(1971).
El brigá’ de cocina
nos lo han cambiao,
y sa notao en el rancho
que no’ han dao.
Albóndigas, sardina’,
arroz con leche,
este brigada gasta
lo que le echen.
No creo que le interese
esto al estao,
mientras que con el otro
lo que se ha ahorrao.
(1972).
El motivo del carbón vegetal
un trozo de alegría
calima del desierto,
algo así debe ser,
como una brizna de la caña dulce
o un vuelo breve,
aire de respirar
algo distinto y algo
entrelazado.
Es bueno ser el agua
diluida en el agua,
dormir en el conjunto, ser la parte,
encontrarse engarzado
y engarzable
de todo lo presente y lo lejano.
(1987).
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"A través de este libro Mis 100 peores poesías -cuyo mensaje subliminal quiere decir muchas cosas más- se descubre ante todo la vida interior de un escritor, ya suficientemente reconocido en su especialidad dramática, capaz igualmente de proyectar esa vida interior en el ensayo de géneros periféricos a su vocación axial y una soltura, inspiración y desenfado para hacerlo".
(Francisco NIEVA).
"Hace quince años, en pleno verano almeriense, Jesús Campos me dejó leer el manuscrito de un libro de poemas, en la voz de un soldado que me dejó de piedra. En el entorno poético andaluz (y de otras tierras) era un rayo prometedor de goces, no impresos ya por pluma alguna. [...]
Desde entonces andan perdidos los poetas buscando, con su linterna trasnochada, algo que Jesús Campos derrocha: la ingenuidad de Schiller, todavía apartada por nuestros diógenes ateridos".
(Ángel BERENGUER).
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Narrativa
Textos
no disponibles para su lectura (Cronología inversa)
Cuento
- Qué triste
era aquel rey de pacotilla (1965)
- Estar
salvada (1962)
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