En este castillo de Santa Catalina (hoy parador, en el que ahora me alojo) hice yo el bachiller. En aquellos años los profesores no solían ir a clase con regularidad, pero que si algún día se les ocurrirá acudir, entonces era yo el que hacia novillos (pellas, que se dice ahora): cogía la cuesta y sin rodeos, en línea recta, campo a través, me subía hasta aquí para ver el mundo desde arriba. Y para jugar, que como he sabido luego, es el modo más natural de aprender. Lo hacía todos los días, y algunos días dos veces: por el horario partido. Vamos, que tenía que escalar mañana y tarde. Ahora cansa hasta contarlo, pero con trece-quince años tiene uno tantas ganas de aprender…

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

«Por favor, no empujen. Señores, por favor, no se amontonen. Calma, por favor, que hay soledad para todos…«.

Cita de Mundo cruel. 

Mundo cruel en República de las Letras

Reseña de «Mundo Cruel» en la «República de las Letras” que podéis leer aquí.

«Siglos tratando de encontrar la forma de comunicar y era tan fácil como hablarle al mundo tras la barra de un bar«.

Cita de Mundo cruel.