Junko Okamoto me envía esta foto que nos hicimos hace unos días cuando estuvo en Madrid. Junko acaba de traducir al japonés mi obra “…y la casa crecía” para publicarla en un volumen colectivo que coordina Yoichi Tajiri. No he visto aún el texto traducido (no tenía mucho sentido que me lo enviara para su corrección), pero intuyo el mismo vértigo que sentí al ver mis obras traducidas al árabe o al griego. Siempre impone saber que tus ideas circulan en una lengua que no es la tuya, pero cuando además no eres capaz ni de imaginar los sonidos que se corresponden con la grafía, el desvalimiento es aún mayor. Gracias, Junko, a ti y a los que como tú dais a nuestras obras una nueva vida.
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