Esta garza real no está en Doñana ni en el Delta del Ebro, está en el Manzanares (Madrid Río le llaman ahora), a unos doscientos metros de mi casa. Puede que en la foto no se aprecie, pero se está comiendo un pececito que pasaba nadando tan ricamente. La naturaleza, tan bella y tan cruel.
El arte, que es muy duro.
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