El coño de la Bernarda

Cuando decidí actualizar “Nuevos Cuelgues” (espacio de mi web, en el que se da noticia de las nuevas publicaciones) para convertirlo en un blog más activo y poliédrico, pensé que tal vez debía cambiarle nombre y, de inmediato, me vino a la mente “El coño de la Bernarda”. No hay nada que me excite tanto como que se me ocurran inconveniencias. (Excitación intelectual, esto debe quedar claro, y más en este caso). Mis mejores trabajos, partieron siempre de una ocurrencia inconveniente; y en estos momentos no se me ocurre nada más inconveniente que poner en cuestión las partes íntimas de una señora. El empoderamiento feminista seguro que se lanza contra mí en defensa de la citada señora; y lo entiendo, yo en su lugar, también reaccionaria a la defensiva. (Ya saben, por lo de la defensa y el ataque, que parece que es lo mejor; o eso dicen lo que se dedican a defenderse y a atacar). Pero tengamos la fiesta en paz, y aclaremos la situación antes de prejuzgar.

Yo a esta señora no la conozco, no digamos ya su “salve sea la parte”, por lo que debe quedar claro que lo que trataba de traer a colación no era un señalamiento soez sino una expresión acuñada. ¿Un micro machismo? Pues sí, tal vez, pero micro, micro. La verdad es que a mí “El coño de la Bernarda” es algo que siempre me resulto familiar, entrañable, vamos, que me atraía; y eso sin haberlo frecuentado. No obstante, por si estaba en un error y la expresión en cuestión no significaba lo que yo pensaba, trate de asegurarme consultándoselo a Google (el tema tampoco era como para consultárselo a la NASA) y allí, de sopetón, ya en los preámbulos de la búsqueda, ponía bien claro que la expresión equivalía a manifestar que algo está desorganizado, que es caótico, confuso[i]. Luego indague más, aunque ya con esto me era suficiente, y respire tranquilo. Había dado en el clavo, porque ¿cabe mayor acierto?: un coño desorganizado, un coño caótico, un coño confuso. “Yo quiero tener un blog como ese coño”, me dije. A ver si soy capaz.

Sin embargo… ¡Dios, los sin embargos! Superado el puritanismo de la corrección política, que estaba dispuesto a asumir, advertí otra inconveniencia (esta ciertamente insalvable, pues ni el gobierno de España había sido capaz de solventar): coño se escribe con eñe, por lo que el colonialismo de la tecnología anglosajona me ponía en el brete de presentar a la Bernarda por las redes del mundo, no con un coño, como Dios manda, sino con un cono; y esa es una humillación que yo jamás le haría ni a la Bernarda ni a ninguna otra señora.

Pensé en otras opciones, pero todas me resultaban excesivamente melifluas, por lo que opté por mantener la cabecera de antaño, sin que esto supusiera una renuncia a los desórdenes, que sin forzarlos, me pudieran venir a la mano. Por eso, y que esto quede entre nosotros, si cuando visiten el Blog, lo ven disperso, algo confuso e incluso caótico, es porque, en el fondo, estos “Nuevos Cuelgues”, pese a la aparente pulcritud que el medio impone, no han renunciado a ser “El coño de la Bernarda”.

[i] Si queréis tener más información sobre el citado coño os remito al blog de Alfred López “Ya está el listo que todo lo sabe”, que él lo conoce mucho mejor. https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/de-donde-surge-la-famosa-expresion-de-el-cono-de-la-bernarda/

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«Por favor, no empujen. Señores, por favor, no se amontonen. Calma, por favor, que hay soledad para todos…«.

Cita de Mundo cruel. 

Mundo cruel en República de las Letras

Reseña de «Mundo Cruel» en la «República de las Letras” que podéis leer aquí.

«Siglos tratando de encontrar la forma de comunicar y era tan fácil como hablarle al mundo tras la barra de un bar«.

Cita de Mundo cruel.