Ya solo faltan treinta días para que podáis leer MUNDO CRUEL. Y para que vayáis haciéndoos una idea, muy mínima, porque la historia es más compleja, ahí va un fragmento del capítulo 69.

“Y en ese impás estaban cuando les propusieron un proyecto que les venía como anillo al dedo. Una línea 900: un tipo de negocio que no era totalmente nuevo para ellos (ya tenían experiencia con las líneas eróticas) y que a Martín le parecería de lo más coherente, pues seguro que le hubiera encantado, cuando era promotor inmobiliario, tener acceso a un servicio así. El nueve cero equis, o el Teléfono de la Corrupción, al que solo tendrían acceso políticos y empresarios (la X ya denota su carácter incógnito). El sistema operativo sería similar al de una línea de contactos: así de simple. La conexión se iniciaría con el ‘Money, Money’, de Cabaret, para darle un carácter festivo y restarle sordidez. Y la locución comenzaría con una voz femenina, que siempre es menos duro, planteando dos alternativas: «Si quiere contactar con un político, marque el uno. Si quiere contactar con un empresario, marque el dos». Una vez hecha la primera discriminación, propondría tres opciones de carácter territorial: «Si la operación es de ámbito estatal, marque el uno. Si la operación es de ámbito autonómico, marque el dos. Si la operación es de ámbito municipal, marque el tres». Pasado este nuevo filtro y, dependiendo de la modalidad territorial elegida, se ofrecería un nuevo menú de negocios, distinto en cada caso. A modo de ejemplo: en el ámbito estatal se ofertaría armamento, obras públicas, cooperación al desarrollo, etc.; en el autonómico, sanidad, educación, dependencia, etc.; y en el municipal, recalificación de terrenos, licencias de apertura, programación cultural, etc. Luego, ya con voz varonil, más acorde con la seriedad del tema, se daría a elegir el importe de las comisiones que el demandante estaría dispuesto a pagar, o exigiría cobrar, según los casos: «Si es el tres por ciento, marque el uno —nadie iba a pringarse a estas alturas por un tres por ciento; aun así, se incluiría igualmente en el menú por tratarse de un porcentaje emblemático—. Si es el cinco, marque el dos. Si es el siete, marque el tres». Y así hasta el treinta y cinco, porcentaje máximo admitido; que una comisión más elevada se consideraría inmoral. Por último, y para dar cabida a corrupciones más personalizadas, se añadiría: «Si prefiere que la gratificación se realice en especies: cruceros, saunas, fiestas infantiles, viajes, yates o coches de alta gama, espere un momento y le pasaremos con un gestor».

Era perfecto. Son de esas ideas que enseguida entiendes que van a dar respuesta a una necesidad. Porque, como todo el mundo sabe, no todos los políticos son corruptos, pero este sería el modo de que pudieran llegar a serlo. Hasta ahora, estos enjuagues solo estaban al alcance de unos pocos privilegiados que, gracias a la familia o al partido, tenían los contactos necesarios; mientras que con este servicio, la información estaría al alcance de todo el mundo, favoreciendo así la igualdad de oportunidades y el acceso a una corrupción más democrática».

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«Por favor, no empujen. Señores, por favor, no se amontonen. Calma, por favor, que hay soledad para todos…«.

Cita de Mundo cruel. 

Mundo cruel en República de las Letras

Reseña de «Mundo Cruel» en la «República de las Letras” que podéis leer aquí.

«Siglos tratando de encontrar la forma de comunicar y era tan fácil como hablarle al mundo tras la barra de un bar«.

Cita de Mundo cruel.