Es solo una enfermedad.
SACERDOTE.- Cuando supe que en San Francisco había una enfermedad que solo mataba a los maricones, pensé: ¡alabado sea Dios! ¡Por fin vamos a acabar con esa plaga de degenerados! No está bien burlarse de una cosa así, lo sé, pero me alegré. Por una vez los males de este mundo no eran arbitarios, sino que castigaban, como una maldición, la insolencia de los pecadores.
Estreno: Teatro López de Ayala, Badajoz, 2005 (Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporáneos), dentro del espectáculo Entremeses variados.
Intérprete: Francisco Vidal. Texto, dirección y espacio escénico: Jesús Campos García.
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