Blanco, translúcido; el escenario deberá ser un lienzo sobre el que poder pintar con la luz.
Con siete juegos de patas blancas será suficiente para acotar el espacio. Su disposición (variable) se adaptará a las dimensiones de los distintos escenarios, configurando al menos tres cajas en cada uno de sus hombros. Cubriendo dichas patas, y también a modo de bambalinas, innumerables paños de plástico transparente de burbujas (o de embalar) crearán una nueva cueva de supuestas estalactitas o carámbanos, propicia para que ocurra el cuento.
En el suelo (igualmente blanco), tanto en primer término como al comienzo de las calles, se amontonará viruta de celofán, material normalmente utilizado para adornar las cestas de Navidad, con el cual representaremos la nieve. (Deberá atarse con rafia, a modo de guirnalda, para evitar que, al esparcirse, dificulte la actuación).

Sobre este conjunto de elementos (blancos, translúcidos y brillantes) se proyectará la luz, de forma que las tonalidades se consigan por la suma de los distintos colores básicos. La naturaleza del soporte permitirá que, al superponerse éstos (unos rebotados, otros por transparencia, otros directos y otros rasantes), se produzca una trama cromática mucho más rica que la que se obtendría con una iluminación convencional.

Al margen de este espacio principal y tras las dos últimas patas, que deberán ser practicables (da igual que abran a la americana, a la veneciana, o que se eleven al telar), se representarán (en un nivel más alto que el del resto del escenario) el Salón del Trono, que jugará en el primer acto, y el Antro del Conjuro, que lo hará en el segundo; ambientes ambos que por su naturaleza se explican mejor si se sitúan fuera de la cueva.

Por último, conviene tener en cuenta la necesidad de una carra (o escotillón, si esto fuera posible) para el desplazamiento de la REINA MADRE, que borda sentada. También habrá que dotar la escena de catres para producir la nevada (de confeti), un fuelle para la nube de polvo dorado, una máquina de humo para el conjuro y un circuito de aire comprimido para producir remolinos; amén de los distintos elementos de utilería (herramientas, muebles, armas, etc.) o marionetas que se indicarán en el transcurso de la acción.